miércoles, 18 de febrero de 2015

El Desarrollo del Niño y Entorno: Límites y valores

Límites y valores
Creemos que la vinculación afectiva positiva entre los miembros de la familia tiene un peso fundamental en el desarrollo del adolescente, pero la afectividad no es un único ingrediente para la convivencia. El niño debe aprender a relacionarse, a distinguir lo que está bien de lo que está mal, lo permitido y lo que no lo está, debe ser motivado pero se le debe trasmitir que los objetivos que uno se propone exigen esfuerzo y que no siempre se consigue lo que se quiere. El niño necesita conocer los límites y digo necesita porque los límites son las normas que le van a dar seguridad y confianza en si mismos, conociéndolos van a saber lo que hacer en un momento determinado. Tengo que citar aquí a Gustavo Girard  (13)  y la forma en que ejemplarizó la importancia de los límites: “Un grupo de  personas se hallan en la terraza de un edificio de 30 pisos sin nada que proteja el borde de la misma; todos están concentrados en el centro del espacio y apenas se mueven por miedo a caerse. Si se pone una leve cinta limitadora del borde la  movilidad aumenta aunque todavía se muestran temerosos; si se coloca un muro hasta la altura de la cintura en el borde de la terraza todos se mueven con soltura y se asoman al vacío sin miedo”. Creo que no se puede explicar mejor el valor de los límites en el contexto educacional del niño y el adolescente. 
(Minivideo de LuisIg lesias)
Los niños tienen unas necesidades básicas para su adecuado desarrollo: sentirse amados y sentirse capaces. (14) .Cuando establecemos una disciplina o unas normas estas deben promover esos dos puntos.
Para hacerlo los padres deben consideran algunos aspectos esenciales.
A. Sentirse amados:
Que podemos hacer, que estrategias podemos seguir:
Atención al niño es mejor una atención breve pero inmediata a su demanda haciendo un comentario, tocándolo, sonriéndole, es probable que vuelva tranquilo a su actividad.
Tiempo especial: Es un tiempo que se otorga al niño todos los días sin tener en cuenta su comportamiento, en el que el niño decide la actividad y el adulto participa como “secundario” opinando pero no “dirigiendo”. Debe tener un tiempo limitado por reloj.
El niño suele considerar el Tiempo Especial como un “amor incondicional” (ver apéndice)
Rojo-Verde: Es también útil para niños con dificultades de comportamiento. Básicamente consiste  recompensar con pegatinas sus comportamientos adecuados (verde) y señalar con rojo los comportamientos inadecuados. El niño suele intentar conseguir pegatinas que sean recompensadoras.(ver apéndice)
Otras medidas claves son también ignorar trasgresiones menores (Recordar que el NO reiterado pierde eficacia), Escuchar activamente lo que el niño dice, calificar el acto NO AL NIÑO (Bien: “eso está mal”, Mal: “eres malo”),
Retroalimentación positiva: Intentar no usar frases negativas sobre sus actos: “Tu nunca recoges los juguetes” Esto hace que el niño sienta que no tiene nada que perder para confirmar lo que piensan de él y por lo tanto seguirá sin hacerlo. “Me gusta que recojas los juguetes, está muy bien” El mensaje puede ser más eficaz.
Otro aspecto a tener en cuenta es que los mensajes que se dirigen al niño tengan congruencia emocional; el niño pequeño es muy sensible al lenguaje no verbal y este debe ser congruente con el mensaje oral.  Debe trasmitirse por lo tanto el “valor” de la acción: si está intentando algo peligroso los padres se sentirán enojados y el niño debe de percibirlo.
Por supuesto  agradecer al niño gestos de “ayuda” en las tareas del adulto, se sentirán importantes y apreciarán “la cortesía” como gesto amable hacia los demás.
Y disculparse con un niño significa que sus sentimientos cuentan, en el futuro lo hará él aprenderá a ser humilde y será una de las formas que le ayudarán a solucionar conflictos.
B. Sentirse capaces:
Para que un niño se sienta capaz se requiere una guía para aprender las reglas, la manera cómo funcionan las cosas, como hacerlo bien y tener la oportunidad de ejercitarlo en la práctica. Para promover esa sensación de capacidad en el niño/a son necesarias rutinas, modelos, instrucción, expectativas progresivas, opciones y oportunidades para ejercer “su papel”.
Las rutinas son modelos regulares de actividades como levantarse, comer, hacerlas tareas. Los propios niños entre 1 y 3 años establecen sus propias rutinas y estas son muy útiles con los niños de temperamento irregular y se correlacionan con un mejor desempeño escolar, con una mejor inteligencia y con la competencia de la madre.
Los niños aprenden de lo que ven y a menudo imitan teatralmente a los adultos por lo tanto es obvio que la conducta observada en su entorno familiar será imitada.
La instrucción debe de ser directa, clara y oportuna, evitar la verborrea confusa y la explicación larga que distrae al niño y pierde eficacia al oscurecer la finalidad de la enseñanza. Evitar comentarios vagos: ¿crees que ya es hora de irse a la cama? La claridad y el cumplimiento hace que el niño/a acepte  a “quien quiere  que hacer y cuando
Expectativas progresivas: Deben de estar acordes con el desarrollo del niño. A veces los padres con expectativas poco realistas se quejan de que los pequeños no siguen las normas a pesar de conocerlas.
El ofrecer opciones debe ser tomado también en relación a la edad de los niños, a veces las opciones pueden resultarles abrumadoras, demasiado complejas y hay que ajustarlas a opciones apropiadas sencillas y posibles.

También es necesario recompensar al niño/a durante sus actuaciones positivas con palabras cariñosas u obsequios pequeños y que puedan darse al momento. Prometer un juguete caro y a largo plazo suele ser poco eficaz. Del mismo modo el pequeño debe saber que sus actos tienen consecuencias y si reciben una indicación y no la cumplen los padres actuarán: Si el niño no actúa según lo indicado en unos 10 segundos se actuará p.ej. llevándolo del brazo a la tarea que debe desempeñar. El adulto no hablará para evitar amonestación, críticas, regañinas o desviación de la atención. Un método para corregir comportamientos inadecuados de este tipo sería “tiempo fuera” (ver apéndice en próxima entrega).

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