miércoles, 28 de enero de 2015

CELOS. Jóvenes controlados por su pareja.

En un reciente estudio elaborado por el Cetro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se muestra que entre los jóvenes existe una tendencia creciente a "Controlar" a su pareja. Y esto consiste en controlar horarios, impedir que vean a sus familias o amistades, no permitirles que trabajen o estudien o decirles lo que pueden o no pueden hacer y esto lo admite un 30 % de estos jóvenes.
Es una cifra aterradora y peor aun cuando la Socióloga Verónica de Miguel en un trabajo sobre "CIBERACOSO" del  2013 nos dice que un 60 % de jóvenes recibió insultos machistas de su pareja y que el 73 % ha aprendido que los celos son una manifestación de cariño. (El País 28 Enero 2015).
Hablamos de violencia, esto es violencia contra el otro. Los celos son legítimos en cuanto pueden ser sentidos pero no deben tener proyección hacia la libertad del otro. Un chico/a puede sentir un cosquilleo de celos si su pareja habla animadamente con otro "posible rival" pero si realmente ama a esa persona (SE AMAN) también debe "CONFIAR " en ella. LA RELACIÓN DE PAREJA REQUIERE AMOR, RESPETO Y CONFIANZA.
Mi consejo es que los jóvenes (y los adultos por supuesto)  deben de tener TOLERANCIA CERO ante esas actitudes dominadoras e intransigentes. Alguien que actúa así simplemente no merece ser tu pareja.
La violencia psicológica es más silenciosa y paulatinamente creciente y muchas personas no se dan cuenta de que la sufren o la admiten como una situación normal en las parejas, hasta que aparece la violencia física, entonces el dominio está establecido y la víctima degradada en su autoestima y dignidad tiene pocas posibilidades de huir de esa terrible situación.

viernes, 23 de enero de 2015

El Niño y su Entorno. Recordando

EL MUNDO DEL NIÑO (Un diario)

Esto sería  el diario de una  persona si pudiera recordar verdaderamente su infancia más precoz.

Gestación y parto: Tengo el recuerdo del último tercio mas o menos del embarazo, se estaba muy calentito y tranquilo, se oían los latidos del corazón de mi madre y algunos ruidos que a veces me daban taquicardia, hacia el final empezaba  a sentirme algo apretujado.
Nacimiento: (Uf que frío).
Acabo de nacer, no os podéis dar una idea de cómo fue,  es difícil salir pero cuando estás fuera hay que empezar a trabajar, tuve que hacer un gran esfuerzo para respirar y berreé todo lo que pude para que los pulmones siguieran llenos de aire. Noté que una gran mano me agarraba y me manoseaba con algo áspero para mi humedecida piel, protesté siguiendo con mi llanto al máximo de volumen. Me pusieron de espaldas en algo muy frio y me sacaron rápido (3000 gr justos), luego me cubrieron con algo muy suave y cálido abrí los ojos y vi una gran claridad y unas manchas que se acercaban y separaban de mi, cerré los ojos y me quedé dormido.
La teta y lactancia: Llanto, hambre, succión, me duermo…MAMÁ FELIZ
En la cuna acostado boca arriba veía un cuadradito de luz, por ese cuadradito se asomaban una cara o dos de vez en cuando y luego se retiraban. Oía murmullos. Después unas manos me cogían suavemente  y me aproximaban a su cuerpo que era  cálido y me recordaba a aquel cuerpo que me protegía en su interior, mi cabeza estaba en su pecho y ¡si! Oía su latido, era ella, me habían  sacado de su interior pero era ella! Sentía la piel cálida y la blandura de su pecho, busqué con mi boca y al 4º intento encontré el pezón, chupé con avidez: Que rico, umm,  me cansé pronto y me quedé dormido con el pezón en la boca. Maravilloso. Así cada tres horas.
Echemos una ojeada: esa voz…esa cara… ¡Qué agradable sonido!
Siempre oía aquella voz que acompañaba al cuerpo que me daba  calor y alimento y me gustaba su sonido, me sentía bien al oírla, era pura armonía. Había otras voces, otros sonidos pero ninguno tan bello como aquel.
Me daban  ganas de patalear, que gustito, así que SONREÍ. La voz que me hablaba, la voz de la madre  se entusiasmó y me cogió en brazos y volví a sonreir. Entendí que si sonreía mi madre me cogía en brazos ¡oh maravilla!
Movía la cabeza porque algo “sonaba” alrededor. Recuerdo que aquello, aquel timbre, después lo supe, era el teléfono.
A los  4 meses: Campeón de consumo de leche: pesaba  6 kg y bebía unos 900 ml de leche (un adulto de 60 kg tendría que beber para igualar la proporción: 9 litros). A los 4 meses he doblado el peso del nacimiento (3000 a 6000 gr)
Empezaron a llevarme  en silla. Me movía en la cuna, me ponía erguido y me gustaba dormir, dormía mucho. Los papás no, tenían que levantarse por la noche para darme de comer.
5 m Me salen unos ruiditos por la boca, me divierten.
6 m. Ya era capaz de sentarme y me apoyaba en las manos en el suelo para no caerme, está muy bien. Podía ver  todo a mi gusto, quería coger cosas pero a veces no acertaba y eso me enfadaba. Me encantaba  menear el sonajero. Empecé a agarrar el biberón
7 m:  Empecé a tener miedo cuando mi madre se iba de mi lado (Ansiedad de separación).
8 m: A veces me decían NO y llegué a comprender que no me dejaban hacer algunas cosas…
9 m: Me puse en pie agarrándome a una mesa. Empecé a a ser capaz de coger objetos pequeños usando mi dedo índice y pulgar; lo malo es que me llevaba las cosas a la boca y entonces volvía a oír ¡NO! A pesar de todo seguí haciéndolo algún tiempo.
10m. Ya era capaz de levantarme solo, señalar objetos, dar palmadas y ayudar a que me vistan.
12m. Mamá me llevaba de la mano. Comienzo a decir  papá, caca, mamá. Gran regocijo de mis padres. Peso 10 kg.
18 m: Nuevas empresas: Subir escaleras, correr, tirar el balón, hacer una torre con 3 cubos, comencé a hacer garabatos, le enseño cosas a todos, señalo nariz, boca, oreja.
21m. Caminar hacia atrás, torre de 5 cubos, ya voy entendiendo a los mayores cuando me dicen algo (a veces obedezco) Junto dos palabras.
2 años: Corro, subo escaleras, hablo sin parar, me interesa el cuerpo y todo lo demás, digo mi nombre completo, digo No a menudo es divertido. Los PAPÁS SE ENFADAN
3 años: Hago miles de preguntas, hay tantas cosas interesantes, tengo un triciclo, me visto y desvisto pero tengo problemas con los botones. Rompo algunas cosas. Ya cuento hasta 10. Dibujé un papá, Tengo pilila y soy un chico.

4 años: Aprendiendo a leer. Me llamaban mucho la atención las letras y los números y quería saber lo que decían aquellos maravillosos animalitos de los cuentos que como yo, hablaban como cotorras (3).