miércoles, 25 de febrero de 2015

El Desarrollo del niño y su entorno: Estrategias para padres

Es muy importante leer con atención las normas y seguirlas rigurosamente, los cambios, dudas o discursos alejan la atención y el interés del niño.


TIEMPO ESPECIAL.
Todas las edades

El tiempo especial es primordial para la relación madre/padre-niño y es un tiempo aparte de la dedicación que se le presta a lo largo del día para cubrir todas las demandas que el niño requiere de sus padres. 
El tiempo garantizado de quien atiende a un niño es percibido por este como un tipo de “amor incondicional” sobre todo si el adulto permanece interesado y no hace juicios ni dirige la actividad: los niños/as tienden a resistirse a esa usurpación de su autonomía y reaccionan con oposición.

El tiempo especial debe:

1. Otorgarse a cada niño todos los días sin tener en cuenta su comportamiento.
2. Llamarse tiempo especial o de otro modo: lo importante es que el niño sepa que lo tiene.
3. Este tiempo debe ser  seleccionado por el niño para realizar las actividades. Los niños mayores pueden escoger actividades que requieran mas material que se recogerá y almacenará hasta la siguiente ocasión.
4. Comprender actividades interactivas entre quien cuida el niño y el propio niño, mas que actividades pasivas como ver la TV.
5. Quien cuida el niño debe seleccionar la hora del día, pero no es necesario que el tiempo especial sea siempre a la misma hora. Se pueden prometer actividades lo que enseña la gratificación diferida.
6. Ser consistente con una duración de 10 a 15 minutos para evitar aburrimiento o evitación marcando el tiempo con un reloj para que el niño perciba cuando termina.
7. Que el tiempo sea mas o menos igual siempre (no diferirlo: mañana jugamos mas hoy menos).
8. Que no haya interrupciones de cualquier tipo, de hermanos, otros adultos o llamadas telefónicas.
9. Si los padres desean pasar más tiempo dejar pasar unos minutos después del tiempo especial evitando parecer que se prolonga.
10. Si el niño reúsa el tiempo especial como prueba, los padres deben decir que quieren ese tiempo con él o ella y solamente seguir al niño en sus actividades.
11. Si el niño/a es agresivo, debe recibir tiempo fuera o la consecuencia seleccionada sin detener el marcador del tiempo.

Barbara J. Howard. Clin Ped Norteamérica.

Desarrollo y conducta del niño de muy corta edad

ROJO-VERDE
3 a 6 años.

Es un método para reforzar las conductas positivas del niño y favorecer que estas se repitan. Es útil tanto para niños con problemas de conducta como para niños normales. Ayuda también a los padres a estimar su propia interacción con el niño y valorar si es adecuada. Algunos de los comportamientos no deseados de los niños nacen de una conducta inadecuada de los padres respecto a la conducta que se desea y la interacción padres-hijos cuando los niños responden con conductas inadecuadas para hacerse notar.

1. Para los primeros tres días los padres colocaran una pegatina verde en el dorso de la mano cada vez que el niño actúa de una manera positiva: acudir cuando se le llama, pedir cosas sin lloriqueos etc.
2. Las pegatinas se podrán usar durante un tiempo limitado (cuando estén los padres) o todo el día.
3. El nº de marcas suele ser de unas 6 a 10 por hora.
4. Al final del periodo determinado el niño es recompensado. Esto es inevitable en los 3 primeros días en que no se ponen marcas rojas. Mas tarde si las marcas rojas superan a las verdes no habrá recompensa. La recompensa puede ser un cuento, una pegatina, o algo que los padres elijan (algo siempre sencillo).
5. Las marcas rojas se comienzan a poner pasados los 3 días primeros cuando las conductas son indeseables. Las marcas son mas eficaces en la mano pero pueden registrarse en un cuaderno si hay dificultades. Si la conducta es agresiva se utilizará tiempo fuera.
6. Se puede utilizar una pegatina especial para comportamientos destacados. El niño puede demandar su “pegatina” cuando hace un acto que él considera positivo; esto refuerza para el la conducta deseada.
7. Se puede utilizar el sistema para otros niños, es probable que otros hijos quieran participar.
8. Las marcas se van eliminando a medida que el niño muestra un comportamiento normalizado y se puede restituir si los comportamientos vuelven a fallar.

 TIEMPO FUERA.
Desde 9 meses.

Es un tiempo en que se aparta al niño del refuerzo y la atención, acompañado de desaprobación, pérdida de la libertad y pérdida de actividades interesantes que hacer.
Los principios generales para el tiempo fuera son:

1. Solo dos o tres conductas prioritarias deben dar por resultado tiempo fuera; a menudo solo agresión a personas o cosas.
2. Solo se debe advertir una vez; no hay advertencias para conducta agresiva. Esto evita invalidar el tiempo fuera al utilizarlo como amenaza vacía.
3. Se debe dar una breve referencia de la “ofensa”: “Has tirado el juguete al suelo”. Las largas peroratas de los padres posponen las consecuencias, distraen el valor instrumental del sujeto y hace que los niños se sientan enojados con el adulto mas que apenados por lo que hicieron.
4. El tiempo fuera se debe de aplicar en un lugar no interesante pero que no produzca temor al niño/a, puede ser una silla de respaldo recto cercana (no interactuar con el niño durante este tiempo).El hecho de que esté cerca y sepa lo que pasa evita que piense que un hermano mientras esté recibiendo privilegios. Al estar cerca de los padres también aclara que es la conducta y no el niño lo que no se acepta.
5. Es mejor el tiempo fuera cuando es breve: Un minuto por año de edad hasta un máximo de 10 minutos medidos con un reloj que el niño pueda escuchar. Cuando el tiempo es mas largo los niños pueden olvidar la “ofensa” y los padres "olvidar a los niños".
6. Si el niño abandona la silla se le debe volver a sentar sin hablar y de ser necesario hay que sujetarlo. En principio se acepta cualquier comportamiento en la silla como el llanto, mas adelante se requiere silencio y el reloj se reajusta desde que cesa el llanto.
7. Después del tiempo fuera, debe atenderse la primera conducta “positiva” o neutra del niño; no hacer criticas, ni discusión de la “ofensa”.
Algunas especialistas permiten que los niños decidan cuando se termina el tiempo fuera, bien porque se calman o porque reconocen lo que han hecho mal.  

Barbara J. Howard. Clin Ped Norteamérica.
Desarrollo y conducta del niño de muy corta edad.    


miércoles, 18 de febrero de 2015

El Desarrollo del Niño y Entorno: Límites y valores

Límites y valores
Creemos que la vinculación afectiva positiva entre los miembros de la familia tiene un peso fundamental en el desarrollo del adolescente, pero la afectividad no es un único ingrediente para la convivencia. El niño debe aprender a relacionarse, a distinguir lo que está bien de lo que está mal, lo permitido y lo que no lo está, debe ser motivado pero se le debe trasmitir que los objetivos que uno se propone exigen esfuerzo y que no siempre se consigue lo que se quiere. El niño necesita conocer los límites y digo necesita porque los límites son las normas que le van a dar seguridad y confianza en si mismos, conociéndolos van a saber lo que hacer en un momento determinado. Tengo que citar aquí a Gustavo Girard  (13)  y la forma en que ejemplarizó la importancia de los límites: “Un grupo de  personas se hallan en la terraza de un edificio de 30 pisos sin nada que proteja el borde de la misma; todos están concentrados en el centro del espacio y apenas se mueven por miedo a caerse. Si se pone una leve cinta limitadora del borde la  movilidad aumenta aunque todavía se muestran temerosos; si se coloca un muro hasta la altura de la cintura en el borde de la terraza todos se mueven con soltura y se asoman al vacío sin miedo”. Creo que no se puede explicar mejor el valor de los límites en el contexto educacional del niño y el adolescente. 
(Minivideo de LuisIg lesias)
Los niños tienen unas necesidades básicas para su adecuado desarrollo: sentirse amados y sentirse capaces. (14) .Cuando establecemos una disciplina o unas normas estas deben promover esos dos puntos.
Para hacerlo los padres deben consideran algunos aspectos esenciales.
A. Sentirse amados:
Que podemos hacer, que estrategias podemos seguir:
Atención al niño es mejor una atención breve pero inmediata a su demanda haciendo un comentario, tocándolo, sonriéndole, es probable que vuelva tranquilo a su actividad.
Tiempo especial: Es un tiempo que se otorga al niño todos los días sin tener en cuenta su comportamiento, en el que el niño decide la actividad y el adulto participa como “secundario” opinando pero no “dirigiendo”. Debe tener un tiempo limitado por reloj.
El niño suele considerar el Tiempo Especial como un “amor incondicional” (ver apéndice)
Rojo-Verde: Es también útil para niños con dificultades de comportamiento. Básicamente consiste  recompensar con pegatinas sus comportamientos adecuados (verde) y señalar con rojo los comportamientos inadecuados. El niño suele intentar conseguir pegatinas que sean recompensadoras.(ver apéndice)
Otras medidas claves son también ignorar trasgresiones menores (Recordar que el NO reiterado pierde eficacia), Escuchar activamente lo que el niño dice, calificar el acto NO AL NIÑO (Bien: “eso está mal”, Mal: “eres malo”),
Retroalimentación positiva: Intentar no usar frases negativas sobre sus actos: “Tu nunca recoges los juguetes” Esto hace que el niño sienta que no tiene nada que perder para confirmar lo que piensan de él y por lo tanto seguirá sin hacerlo. “Me gusta que recojas los juguetes, está muy bien” El mensaje puede ser más eficaz.
Otro aspecto a tener en cuenta es que los mensajes que se dirigen al niño tengan congruencia emocional; el niño pequeño es muy sensible al lenguaje no verbal y este debe ser congruente con el mensaje oral.  Debe trasmitirse por lo tanto el “valor” de la acción: si está intentando algo peligroso los padres se sentirán enojados y el niño debe de percibirlo.
Por supuesto  agradecer al niño gestos de “ayuda” en las tareas del adulto, se sentirán importantes y apreciarán “la cortesía” como gesto amable hacia los demás.
Y disculparse con un niño significa que sus sentimientos cuentan, en el futuro lo hará él aprenderá a ser humilde y será una de las formas que le ayudarán a solucionar conflictos.
B. Sentirse capaces:
Para que un niño se sienta capaz se requiere una guía para aprender las reglas, la manera cómo funcionan las cosas, como hacerlo bien y tener la oportunidad de ejercitarlo en la práctica. Para promover esa sensación de capacidad en el niño/a son necesarias rutinas, modelos, instrucción, expectativas progresivas, opciones y oportunidades para ejercer “su papel”.
Las rutinas son modelos regulares de actividades como levantarse, comer, hacerlas tareas. Los propios niños entre 1 y 3 años establecen sus propias rutinas y estas son muy útiles con los niños de temperamento irregular y se correlacionan con un mejor desempeño escolar, con una mejor inteligencia y con la competencia de la madre.
Los niños aprenden de lo que ven y a menudo imitan teatralmente a los adultos por lo tanto es obvio que la conducta observada en su entorno familiar será imitada.
La instrucción debe de ser directa, clara y oportuna, evitar la verborrea confusa y la explicación larga que distrae al niño y pierde eficacia al oscurecer la finalidad de la enseñanza. Evitar comentarios vagos: ¿crees que ya es hora de irse a la cama? La claridad y el cumplimiento hace que el niño/a acepte  a “quien quiere  que hacer y cuando
Expectativas progresivas: Deben de estar acordes con el desarrollo del niño. A veces los padres con expectativas poco realistas se quejan de que los pequeños no siguen las normas a pesar de conocerlas.
El ofrecer opciones debe ser tomado también en relación a la edad de los niños, a veces las opciones pueden resultarles abrumadoras, demasiado complejas y hay que ajustarlas a opciones apropiadas sencillas y posibles.

También es necesario recompensar al niño/a durante sus actuaciones positivas con palabras cariñosas u obsequios pequeños y que puedan darse al momento. Prometer un juguete caro y a largo plazo suele ser poco eficaz. Del mismo modo el pequeño debe saber que sus actos tienen consecuencias y si reciben una indicación y no la cumplen los padres actuarán: Si el niño no actúa según lo indicado en unos 10 segundos se actuará p.ej. llevándolo del brazo a la tarea que debe desempeñar. El adulto no hablará para evitar amonestación, críticas, regañinas o desviación de la atención. Un método para corregir comportamientos inadecuados de este tipo sería “tiempo fuera” (ver apéndice en próxima entrega).

domingo, 15 de febrero de 2015

Anorexia nerviosa: El problema continúa.


«Entre los 90 y los 2000 se triplicaron los casos»

El pediatra José Luis Iglesias Diz fue uno de los pioneros en estudiar la anorexia en Galicia
15 de febrero de 2015. Actualizado a las 04:00 h. 2



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Fue uno de los pioneros en estudiar la anorexia en Galicia. Los primeros casos graves los vio en Madrid en los noventa durante una estancia en el hospital del Niño Jesús. Cuando regresó puso en marcha una Unidad de Adolescentes dentro del servicio de Pediatría donde trabajaba en el hospital de Santiago. Desde entonces ha visto como la enfermedad ha ido calando en la sociedad al ritmo con el que las grandes modelos de pasarela han ido perdiendo peso. El pediatra José Luis Iglesias Diz, ha volcado todo lo que sabe sobre los trastornos de la conducta alimentaria en el libro Un pozo moi fondo. Los testimonios que recoge son extremecedores. «Non estou segura de cómo empecei con esto, só recordo que quería estar máis delgada que unha amiga miña...»
-Durante los noventa no se sabía lo que se sabe ahora. ¿Qué pasaba entonces?
-En las grandes ciudades como Madrid era alarmante. Cuando estuve allí quedé asombrado porque había ingresadas ocho niñas. En los noventa en Galicia era evidente que había casos, pero era algo que desconocían las familias. La propia medicina no lo sabía manejar tampoco. Cuando la gente empezó a saber, empezamos a comprobar que había más casos. Llegamos a tener pacientes de diez años.
-Pero una niña tan pequeña, ¿puede tener ya esa enfermedad?
-Discutíamos que a esa edad no pueden porque para padecerla tienen que tener un sentimiento de corporalidad. Pero a los nueve o diez años los niños ya saben que son agradables o no. Reconocen el cuerpo como algo que puede ser bello. Ahora la belleza está unida a la delgadez que a su vez va de la mano del concepto de poder. No dicen que quieren ser modelos, pero está interiorizado en la sociedad. ¿Ve usted las películas?. El gordo es el malo.
-La verdad es que el gordo nunca es el galán.
-Pues no, no lo es. Con las mujeres pasa igual. El concepto que cada uno tiene de él mismo va unido a la propia autoestima. Aceptarse es algo fundamental.
-En los noventa las modelos no tenían la delgadez extrema que luego fueron adquiriendo en la década del 2000. ¿Eso lo notaron ustedes?
-Entre la década de los noventa y la del 2000 se triplicó el número.
-¿Cual es el índice de mortalidad?
-En casos extremos puede llegar al 15 % a veinte años. Cuando hablamos de un plazo de diez puede ser del 10%.

Se cumplen ya dos años de la publicación de mi libro : Un Pozo moi Fondo , publicado por Editorial Galaxia en 2013 y presentado en el XXI Congreso de Medicina de la Adolescencia En Santiago de Compostela. (Marzo de 2013) Congreso que yo mismo organicé con la colaboración fundamental de Antonia Fernandez y la SEMA (Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia). En la foto con  Dolores Vilavedra y Francisco Castro Libro disponible en librerías.


miércoles, 11 de febrero de 2015

El Desarrollo del Niño y Entorno. LA FAMILIA.

LA FAMILIA

La comunicación y el afecto
La comunicación es el eje de la convivencia familiar y esta existe siempre entre sus miembros; incluso cuando los miembros de la familia “no hablen de los problemas” existe una comunicación, que no es la deseable, pero que configura el comportamiento del grupo y de sus componentes.
Por lo tanto la familia a través de esa comunicación establece los vínculos que van a marcar el desarrollo futuro de cada individuo. Esa comunicación es lógicamente de distinta índole: aprendemos, nos divertimos, nos informamos, pero nada de esto crea una vinculación tan fuerte como la afectiva.
Los lazos afectivos que se establecen entre los miembros de la familia con el bebé, luego niño y más tarde adolescente son vitales para que este se desarrolle adecuadamente. Es de especial interés resaltar que el cerebro derecho tiene una maduración precoz y muestra un fuerte crecimiento en los dos primeros años de vida antes que el hemisferio verbal izquierdo y es dominante en los 3 primeros años; esto ha hecho cambiar la atención desde lo cognitivo a lo emocional. Las investigaciones sugieren que el desarrollo de un vínculo de apego derivado de la comunicación emocional y la maduración del afecto son fenómenos claves en el lactante, mas aún que el desarrollo de facultades cognitivas complejas.(11)
La afectividad crea vínculos y estos son permanentes (para bien o para mal), crean nuestra propia “historia” o “relato” y las relaciones con las personas a las que estamos vinculadas afectan a nuestra vida. No somos nosotros solos, somos lo que somos respecto a los demás. Todo lo que nos sucede tiene relación con otros a los que estamos vinculados o con los que interactuamos.(12)
Un vínculo afectivo positivo es aquel que nos hace más seguros y por ello más autónomos, el “buen vínculo” es lo contrario de la dependencia. También interactuamos con otras personas a las que tratamos con deferencia o educación pero sin la carga afectiva que existe en la vinculación en la que las necesidades o problemas de la otra persona pasan a ser prioritarias para nosotros.
Las características del vínculo afectivo son la implicación emocional, la implicación en un proyecto de vida en continuidad, la permanencia en el tiempo y la unicidad (12).
No todos los vínculos son desde luego positivos, ni la vinculación está exenta de conflictos. Cuando el adolescente lucha por su autonomía es natural que la relación con los padres sea en algún momento conflictiva; cuando existe una relación afectiva  a menudo es necesario un cierto rechazo para tratar de establecer esa autonomía.   
Es importante dentro del grupo familiar, sea este de la composición que sea, generar estrategias conducentes a establecer vinculación afectiva entre sus miembros. Es fundamental que los padres puedan conocer como mejor acercarse a sus hijos y establecer una vinculación afectiva positiva; para ello es necesario en primer lugar expresar el afecto, no darlo por sobreentendido, los niños y niñas no conocen aquello que no se expresa, aprenden de lo que ven hacer, lo que no se expresa no existe. El afecto debe hacerse explícito y no cuestionado: cuando reprendemos a un niño/a debemos cuestionar  su conducta no a la persona o el cariño que sentimos por él (“eso que has hecho está mal” versus “eres malo”). Esto convierte la relación en incondicional (en el sentido del afecto) y así se favorece un sentido de “pertenencia” en el que el niño o el adolescente se siente parte de algo o de alguien con un mismo objetivo. Otra de las claves es el tiempo compartido y la permanencia: el tiempo compartido es no solo una condición de cantidad sino de calidad. No se trata de estar juntos todo el tiempo sino interactuar, compartir y crecer juntos  como individuos y grupo. La  permanencia de las relaciones de afecto genera seguridad, así con el tiempo el niño/a puede integrar las ausencias futuras sin daño a sus afectos.
Otro concepto fundamental en la génesis de un vínculo afectivo positivo es el compromiso, compromiso con un proyecto de vida a largo plazo, con las personas a las que nos sentimos vinculadas. Todos necesitamos el compromiso de las personas amadas para sentirnos seguros, necesitamos  su apoyo, su ayuda, su presencia en las situaciones de necesidad, o su simple compañía.

Los adolescentes que pasen de una niñez en la que se han establecido vínculos afectivos positivos tendrán menos posibilidades de tener conflictos graves con sus padres, aunque el conflicto no es el único problema, si no el afrontamiento del mismo; quizás la indiferencia o la apariencia de que no hay conflictos visibles sea mas grave  porque indica la ausencia de vinculación con los miembros de su entorno familiar.

sábado, 7 de febrero de 2015

¿Dr. Como sé si mi hijo consume drogas?

COMO PUEDO SABER SI MI HIJO ESTÁ CONSUMIENDO DROGAS.

Las     normas que siguen deben ser tomadas con cautela en los adolescentes salvo algunas que muestren claras evidencias de consumo como olor del aliento a tabaco o alcohol, comportamiento “anormal” como “ido” o borracho etc.
Tengamos en cuenta que los adolescentes pueden estar irritables, cambiar de vestimenta o de costumbres  sin que esto sea indicativo cierto de consumo. Los adolescentes sufren en la pubertad cambios físicos y psicológicos que suelen manifestarse durante su desarrollo por un cierto enfrentamiento  contra la autoridad de los padres, dar mucha importancia al grupo de amigos y al aspecto físico y tener ideas sobre la vida un tanto irreales, con poca preocupación por los problemas que acarrean sus propias conductas: “a mí no me va a pasar” lo que les hace aceptar conductas “de riesgo” que pueden llegar a tener consecuencias trágicas.
Esto hace que no siempre sea fácil distinguir entre una conducta “típica de la Adolescencia” (la mayoría no plantean problemas graves) y aquella que delate el consumo de drogas aunque en este caso los síntomas serán más llamativos.
La percepción de los padres de que su hijo/a parece otro porque ha cambiado su modo de “ser” en un tiempo relativamente corto suele ser un buen indicio y es cuando debemos evaluar los síntomas que siguen.
Los padres deben hablar con franqueza del tema pero fuera del momento en que el adolescente está afectado por el consumo. Elegir el momento es fundamental.
Es mejor hablarles de “evidencias”: Hueles a tabaco…Ayer me pareció que olía a  alcohol…He encontrado (son descuidados a menudo) esto en el suelo cuando hacía tu habitación (marihuana, hachís..).Estás muy agresivo, quiero que me digas si tienes un problema, podremos ayudarte…Evitar hablar con suposiciones  porque se cerrará y no aceptará el diálogo y menos de lo que se le acusa: ¿No te estarás drogando?,¿ fumas?, ¿bebes? La invariable respuesta será: No.



 
¿Cómo puedo saber si mi hijo está consumiendo Drogas?

·    Olor a alcohol, tabaco ó otras substancias químicas tanto en la respiración como en las ropas.
·    Evidencia de intoxicación, vértigo o conducta rara.
·    Cambios en la apariencia, vestido y acicalamiento.
·    Cambios en la elección de amigos.
·    Frecuentes disputas, cambios bruscos de humor e inexplicables acciones de carácter violento.
·    Cambios en los patrones de comidas y sueño.
·    Faltas de asistencia al Colegio.
·    Pérdida de curso.
·    Huida de casa y conducta delictiva
·    Intento de suicidio.
( Substance Abuse Preventión.American Academy of Pediatrics. 1999.) 
       

O TAMBIÉN:
·       Pasar excesivo tiempo solo  
·       Disminución de la comunicación con la familia con atípica demanda de privacidad.
·       Cambios en la manera de vestir.
·       Deterioro en el desarrollo escolar. Falta de motivación.
·       Cambio de círculo de amigos.
·       Accidentes o peleas repetidas y poco explicables
·       Malos hábitos de sueño, conducta perezosa, falta de energía.
·       Patrones irregulares de alimentación.
·       Inyección ocular (alcohol y marihuana).
·       Frecuentes catarros y sangrados nasales (cocaina).
·       Cambios de humor incluyendo irritabilidad y depresión.
·       Hiperactividad (mas frecuente en drogas como anfetamina y cocaina)


Donald E. Greydanus. “Caring for your Adolescent” 1997

miércoles, 4 de febrero de 2015

El desarrollo del Niño y Entorno . III. Hitos del Desarrollo.


III. Los hitos del desarrollo.

1.El cerebro:
      Los cambios en la capacidad y competencia ejecutiva parecen tener una estrecha relación con los procesos madurativos de la CORTEZA PREFRONTAL (CPF).
       El dilatado periodo de maduración de la CPF. permite que la interacción del niño con su entorno moldee las redes neuronales que sustentan el funcionamiento ejecutivo.
       Las regiones frontales son las que maduran más tardíamente, no hasta el final de la adolescencia.
       La CPF. está muy desarrollada en los humanos.
       El hemisferio derecho (emocional) madura más precozmente que el izquierdo (verbal) y es dominante a los 3 años.
Especializada:
       Hemisferio Izquierdo: Generación del Lenguaje (Área de Broca/Vernicke)
       Hemisferio Derecho: Regulación de la Atención, Conducta y Emoción.
La CPF está ampliamente interconectada con el resto del cerebro facilitando: la generación del pensamiento, la búsqueda de respuestas, la toma de  decisiones inteligentes, perspicaces y la capacidad de juicio. (4,5)


2. La Sonrisa.
La sonrisa es el primer contacto voluntario que efectúa el lactante con su entorno en respuesta en general a la voz o la figura de la madre. A los dos meses el rostro de la madre funciona como estímulo para iniciar una interacción para la instauración de intercambios mas complejos en el futuro. La sonrisa frecuente ante estímulos no sociales puede representar una cualidad temperamental especial de modo que aquellos niños que no reaccionan con llanto ante estímulos auditivos o visuales se comportan de una forma más sociable a los 2 años.
3. Funciones ejecutivas. El Autocontrol.
Las funciones ejecutivas implican el desarrollo de una serie de capacidades cognitivas que permiten al niño:
1. Mantener la información recibida, manipularla y actuar en función de ella.
2. Autorregular su conducta logrando actuar de forma reflexiva y no impulsiva.
3. Adaptar su comportamiento a los cambios que se produzcan en su entorno. (4).
Durante los primeros años de vida el niño antes que actuar “reacciona”, es con el tiempo como el proceso madurativo cerebral en particular de la Corteza Prefrontal (CPF) hace que ese impulso sea modulado mejorando el autocontrol y la relación con el entorno. Las funciones ejecutivas alcanzan el nivel adulto durante la adolescencia en la  2ª década de la vida; por otra parte el dilatado proceso de maduración de la Corteza Prefrontal permite que la interacción del niño con su entorno moldee las redes neuronales que sustentan el funcionamiento ejecutivo.
 El autocontrol es fundamental para el desarrollo futuro de las competencias académicas y sociales. Los niños pequeños que tienen un control limitado sobre sus impulsos, y la evaluación o calibración de las demandas que se presentan a lo largo de su vida tienen un riesgo mayor de presentar dificultades académicas y problemas conductuales en el futuro.
Es clave para el desarrollo de un correcto control inhibitorio sobre las respuestas a determinados estímulos o situaciones lo que se conoce con el nombre de Memoria de Trabajo que consiste en la capacidad que el niño tiene para recuperar la información adquirida en el pasado reciente y su utilización de forma adecuada en la tarea actual. De la integridad de sus componentes verbales y viso-espaciales depende el adecuado funcionamiento de muchos procesos cognitivos.
El ejemplo clásico es la tarea “A no B (5), a un bebé se le esconde un juguete detrás de una pantalla A siempre bajo su mirada. El niño encuentra el juguete en su posición A. Después de repetirlo varias veces se esconde el juguete en B y se entretiene unos segundos al niño, si el tiempo es muy corto encontrará el juguete en B, pero si el tiempo de entretenimiento es más largo volverá buscarlo en la posición A. (4)
Los niños/as a partir de los 7 meses son capaces de recordar con mayor tiempo de latencia la posición del juguete. A medida que tiene más edad el tiempo de recuerdo es mayor.
El aumento del Autocontrol se sustenta en el desarrollo de sus habilidades lingüísticas mas evidentes a partir del 3er año de vida en que el vocabulario alcanza desde 500 a  900 palabras y son capaces de seguir algunas instrucciones aunque es hacia los 4 años cuando son capaces de inhibir su conducta en respuesta a demandas externas y manteniendo su atención sobre los aspectos relevantes del entorno. Es así como van adquiriendo las habilidades necesarias para un funcionamiento adecuado en el entorno escolar. (6)
4. Entender lo que está bien y está mal.
Hacia los dos años los niños cuando ejecutan alguna acción que previamente se le ha prohibido parecen mostrarse expectantes ante la reacción de los mayores, buscan su mirada y pueden mostrarse con expresión de miedo o desasosiego. Esta reacción se debe a la experiencia previa. Cuando se le regaña por primera vez, el niño se ve sorprendido por la situación ya que no es capaz de ligar la acción con la reacción del adulto. El inferir una posible causa o un efecto es vital para concluir lo que es correcto o incorrecto. El niño de dos años debe ser capar de comprender el estado de otros, ser capaz de consolar o entender que su acción puede causar daños a otros (6). Maya Picasso la hija de Dora Maar y Picasso tenía dos años cuando el malagueño pintaba en París el Guernica y recuerda que gritaba ¡mamá, mamá! cuando veía el rostro angustiado de la mujer del cuadro (que era el retrato de su madre).
De todos modos el niño pequeño se enfrenta a múltiples pruebas en las que carece de experiencia con lo que explora y ejecuta actividades que pueden ser lesivas para él o para otros. El niño pequeño se rige por una forma de pensamiento “preoperacional” y no con el pensamiento abstracto propio de los niños mayores y adolescentes por lo cual tenemos que expresar con claridad lo que queremos que haga o no haga. Pej. Si la madre le dice “no te subas ahí arriba que te puedes hacer daño” quizás el niño comprenda que no puede subirse a la escalera de mano, pero la observación no podrá impedir que el niño intente subirse a la mesa de la cocina o a otra altura peligrosa con gran disgusto de la madre. Lo que para el adulto es evidente (Altura=caída= daño) para el niño no existe una relación entre un acontecimiento y el otro. Además el niño pensaría “¿si no quiero lastimarme porque me voy a lastimar? (7).
Por ello los padres deben de dar normas concretas, explícitas y específicas -algo de lo que hablaremos más adelante- y ¡repetirlas muchas veces!
5. La conducta. El temperamento y su relación con el entorno.
Uno de los problemas que preocupan a los padres es la dificultad en la crianza de los hijos pequeños y el miedo a las lesiones y enfermedades. Los padres desconocen y se angustian ante los comportamientos que pueden tener los niños pequeños; es pues clave definir la normalidad de esas conductas y educar a los padres en la resolución de los conflictos más frecuentes en el desarrollo de sus hijos/as.
Para un desarrollo conductual adecuado es necesario tener en cuenta el Temperamento (el como de la conducta), la motivación (el porqué de la conducta) y la competencia (el “que cosa” de la conducta (7)

5.1.El Temperamento: El “como” de la conducta
El temperamento se define como un estilo individual de conducta cuando interactúa con el medio.
Podemos describir las características del temperamento según los siguientes parámetros:
1. Nivel de actividad: Es el componente motor que existe sobre la función y proporción diurna entre periodos activos e inactivos.
2. Ritmo: Grado de previsión y ritmo posibles de una función determinada (sueño, hambre, eliminación). 
3. Enfoque inicial-supresión: Tipo de respuestas del sueño a un estímulo nuevo o alterado.
4. Adaptabilidad: Tipo de respuestas a situaciones nuevas o alteradas en relación con la facilidad con la cual se modifican en una dirección determinada.
5. Intensidad de reacción: El nivel o grado de respuesta (energía) del niño independiente de su dirección (positiva o negativa).
6. Umbral de capacidad de respuesta: El grado de estimulación necesario para provocar una respuesta.
7. Calidad del humor: El grado de conducta amistosa, alegre y agradable en contraste con una conducta molesta, hostil o llorona.
8. Facilidad para distraerse: La facilidad con que el niño puede desviarse de la actividad que está efectuando por estímulos extraños.
9. Duración de la atención: Tiempo durante el cual el niño puede proseguir con una actividad determinada.
10. Persistencia: Continuación de una actividad en presencia de obstáculos para que siga efectuándola.
Siguiendo estas características podíamos encontrarnos con cuatro grupos de niños.
a. Niño difícil (10 %) con ritmo irregular, intensidad elevada, humor negativo, lentitud en el enfoque y adaptabilidad pobre.
b. Niño fácil (40 %): Ritmo regular, intensidad adecuada a la acción, humor positivo, enfoque adecuado, buena adaptabilidad.
c. Niño que “entra en calor lentamente” (15 %): Actividad lenta, enfoque positivo, muy adaptable e intensidad ligera.
d. Niños con características mezcladas sin la precisión de los anteriores grupos (35%) (8)
La aparición de problemas en la conducta de los niños no depende tanto de su temperamento como de la interacción con el medio familiar o social. La presencia de una familia cohesionada, tranquila, que permanece con los hijos e interactúa con ellos mostrándoles cariño y dedicación pero también enseñándolos con normas adecuadas y estableciendo límites a sus deseos y conductas facilitará una convivencia fructífera; por otro lado la desestructuración familiar, pobreza y desarraigo, enfermedad y vinculación pobre facilitará la aparición de graves problemas adaptativos en el niño/a.
Cuando hablamos de que un niño tiene una condición negativa a veces no tenemos siempre en cuenta que esa conducta puede ser a su vez positiva en otro contexto: Los niños persistentes siguen con tareas como efectuar un puzzle hasta terminarlo y los padres estarán orgullosos de esa cualidad, pero ese mismo niño mostrará la misma perseverancia en jugar con un enchufe u otro objeto peligroso lo cual sería considerado por los padres desobediencia porque insiste en su conducta peligrosa.
5.2.La motivación (el porqué de la conducta):
Piaget decía que los niños actuan sobre el ambiente para aprender, en lugar de ser receptores pasivos de información, es decir aprenden “por experiencia” y esto sugiere que el niño desea hacer cosas sean o no fisicamente capaces de ello. Esta tendencia imitativa y el deseo de ser autónomos les conduce a veces a situaciones con  riesgo de lesiones.
Cuando los niños imitan conductas positivas como evacuar en el retrete, compartir juguetes, sentarse a la mesa, los padres se sienten complacidos pero del mismo modo puede adoptar conductas peligrosas. La TV con sus contenidos violentos parecen actuar en el niño como incitador de conductas violentes pero también desarrollan “indiferencia” hacia la violencia con lo que se pierde ese sentimiento solidario cuando aquella ocurre.
En las familias con deficit emocional, los niños sujetos a situaciones de tensión pueden estar motivados para autolesionarse como una conducta autodestructiva ; la falta de preocupación por su cuerpo y la baja autoestima le llevan a efectuar acciones peligrosas y es probable que esta conducta sea un modo de llamar la atención de sus padres o compañeros.
5.3. Competencia: El “qué cosa” de la conducta.
Las capacidades o habilidades del niño: motoras (gruesas y finas), el lenguaje, cognoscitivas y socioemocionales evolucionan y cambian con la edad.
Como dijimos antes el mundo del niño preescolar cambia debido a un progresivo desarrollo de sus habilidades pero se interpreta a través del pensamiento preoperacional que es simbólico y le permite interactuar con el medio, pero  es MÁGICO, ILÓGICO Y EGOCÉNTRICO: los niños pequeños piensan que lo que ven en la TV incluidos los dibujos animados son hechos reales.
El Egocentrismo significa que los niños ven el mundo desde su propio punto de vista, sus opciones y deseos ejercen intensa influencia sobre su conducta; no responden fácilmente a las prohibiciones de sus padres: cuando le dicen que si tira piedras puede lastimar a alguien piensan que como no se plantean lastimar a alguien eso no sucederá. Este pensamiento mágico-egocéntrico le impide alcanzar la plena empatía (tomar el lugar del otro.
Insistiremos de nuevo en que los padres deben de dar instrucciones precisas y claras a sus hijos/as y repetirlas a menudo y pensar que decir muchas veces “NO” hace que pierda eficacia.
6. El lenguaje
El niño entrena su lenguaje futuro con la aparición del  “gorgeo” un pre-lenguaje que consiste en la repetición de sonidos musicales de vocales abiertas y que puede estar suficientemente establecido entre las 4 a 6 semanas, luego siguen sonidos bilabiales como bi-bi o br-br. A los 5 meses aparece la risa y a los 6-8 meses aparecen balbuceos polisilábicos repitiendo la misma sílaba “papapapapa…”, “tatatatata…” y al año ya utilizan una o dos  palabras además de papá y mamá.
De los 18 a los 20 meses el niño usa un mínimo de 20 palabras. Al comienzo del 2º año los niños utilizan una jerga que no repite las sílabas como anteriormente si no que usa distintas sílabas con distintas inflexiones a veces difíciles de entender: “gagamamipapigamama…”, exploran así los patrones de inflexión del habla que llamamos prosodia (9).

A los 24 meses forma frases de dos palabra “quiero pan”
A los 3 años tiene un vocabulario entre 600 y 900 palabras.
Los animales poseen un lenguaje limitado pero ese lenguaje no ha evolucionado; con algunos primates (chimpancés) se ha conseguido con mucho entrenamiento que aprendan a expresarse en el lenguaje de los signos para sordomudos y las llegaron a utilizar con sentido para una determinada finalidad como pedir una llave para abrir una puerta,  pero a pesar de la consecución de estas habilidades no se explica como a lo largo de toda su evolución los chimpancés no hayan aprendido a hablar. No hay ningún animal que sepa señalar un objeto cosa que hace un niño de pocos meses, con ese gesto el niño establece una referencia comunicativa a un objeto. Según Piaget el niño recién nacido que vive en un mundo de escenas móviles, donde las cosas no tienen aun consistencia, ha de construirse a si mismo y al mundo lenta e incansablemente. El niño es un genio del lenguaje y su habilidad para aprender es tan prodigiosa que Chomsky, Fodor y otros piensan que el ser humano nace sabiendo ya las estructuras básicas de un idioma universal que el ambiente lingüístico completará y determinará (10).
Sin embargo no sabemos si el significado que le da el niño a las palabras es el mismo que el que le damos los adultos.
Lo fantástico es que el niño puede relacionar una palabra con otras cosas que no se le han nominado. P.ej. el niño conoce la palabra pelota y señala la Luna y dice “pelota”. ¿Infiere que como es redonda se parece a la pelota?, sin embargo puede referirse como pelota a otros objetos que no se le parecen. El niño, que ha tenido que adivinar lo que nosotros le decimos, cuando comienza a hablar somos nosotros los que tenemos que adivinarle a él. Como dice José Antonio Marina con humor “Es posible que nos considere bastante torpes al comprobar que no comprendemos lo que nos comunica de manera tan clara” Siguiendo con Marina, este  afirma que el bebé es crédulo y adivino: crédulo porque acepta a pies puntillas todo lo que la madre le dice tiene un significado aunque él todavía no lo entienda y esta es una condición innata , el a priori de la significación, porque ¿como podríamos enseñarle al bebé que lo que le decimos tiene que aprenderlo, comprenderlo y usarlo?  Habría que inventar un lenguaje nuevo para enseñar el lenguaje y así sucesivamente; es adivino porque hace falta serlo para entender lo que un adulto dice. Pongámonos en el caso de un niño: Estoy en el Kalahari con un nativo, yo no entiendo su lengua ni él la mía, de pronto un conejo sale corriendo y el nativo dice algo asi como “gnuka”. ¿Qué ha querido decir con esa palabra ¿conejo?, ¿Cómo corre?, ¡qué susto!, ¡comida! ¡mira! Pues esta endiablada operación de adivinar, hacer hipótesis, corregir etc es lo que hace con soltura un niño a partir del año de edad. Deberíamos de sentir complejo de inferioridad. (10)