lunes, 10 de marzo de 2014

SOBRE LAS NECESIDADES NUTRICIONALES DE LOS ADOLESCENTES

NECESIDADES NUTRICIONALES EN LA ADOLESCENCIA.
José Luis Iglesias Diz.

Introducción
Los requerimientos nutricionales de los adolescentes van a estar influenciados por la aparición de la pubertad y  “el estirón” puberal. La pubertad es un periodo de intensa actividad anabólica con un incremento del peso y talla con cambios profundos en la forma corporal, en la  cualidad y cantidad de la masa magra y grasa y el crecimiento de los órganos internos. Este desarrollo no es igual en el tiempo ni en la masa final para todos los adolescentes por lo que las necesidades nutricionales deben de ir mas ligadas a las variaciones individuales que a la edad.

Durante la adolescencia se alcanza un 20 % de la talla final adulta y un 50 % de la masa corporal, esto supone un aumento considerable de las necesidades nutricionales, del número de calorías diarias de la dieta, de un mayor consumo de proteínas, de minerales y vitaminas.
Por otra parte el desarrollo de la identidad del individuo adolescente, la lucha por la independencia, los afectos, las relaciones grupales y su percepción corporal, adquieren gran importancia y afectan a su conducta al interactuar con su entorno, de modo que si bien no resulta complicado elaborar una dieta acorde a las necesidades del adolescente si que es mas complejo conseguir que el adolescente adopte una  conducta alimentaria saludable. Muchas otras cosas pueden tener prioridad  para él antes que su adecuada nutrición, porque a pesar de que existe suficiente información y gente capacitada para instruirlos, los adolescentes suele adoptar conductas inadecuadas que están influidas por la publicidad, por la moda o los amigos.

Siendo importante el conocimiento de las necesidades nutricionales del adolescente lo es tanto o mas el de su historia nutricional, los hábitos familiares y de su entorno cultural que nos dará las claves para diseñar una correcta alimentación y corregir los conductas de riesgo. Hoy mas que nunca se hace necesaria una atención nutricional desde el niño pequeño y una educación de los padres en la adecuación de una dieta saludable, evitando que adopten posturas excesivamente laxas por una parte o excesivamente rigurosas y heterodoxas por otra. Debemos contribuir a alejar las creencias en los alimentos mágicos, en las dietas milagrosas y a considerar la alimentación como una fuente de salud y goce, que reúne alrededor de una mesa a la familia y refuerza sus vínculos.
El ser humano ha sobrevivido gracias a su capacidad adaptativa, ser omnívoro fue una de las capacidades más importantes para esa supervivencia.
Es difícil hoy día no disponer de los alimentos necesarios para una dieta equilibrada y diversa, sin embargo en una sociedad rica y con todos los recursos a su alcance hemos hecho de lo fácil difícil. Uno de los problemas sanitarios del mundo occidental que nos producen mayor inquietud hoy día se refieren a trastornos derivados de una inadecuada alimentación sobre todo por exceso, siendo la obesidad su paradigma. Aparte del sobrepeso y  la obesidad otros problemas nutricionales como el déficit de hierro, calcio, y durante el embarazo bajos aportes de proteínas, minerales y vitaminas deben ser tenidos en cuenta (1)
Es nuestra obligación crear en los jóvenes una cultura de la alimentación saludable con informaciones sencillas y desmitificadoras.   







Conceptos nutricionales.

  1. DRI.  ( Dietary Reference Intakes): Ingresos dietéticos de referencia. Valores de referencia que pueden utilizarse para planificar y evaluar dietas para una población sana.
  2. RDA. (Recomended Dietary Allowances): Requerimientos dietéticos recomendados. Es el nivel de ingesta dietética media que es suficiente para cubrir las necesidades del de casi todos los individuos (95-97 %) según edad y sexo.
  3. EAR. ( Estimated Average Requirement): Requerimiento estimado medio. Es el valor de la ingesta de un nutriente que se estima cumple las necesidades del 50 % de los individuos según edad y sexo. Con este nivel la dieta en el otro 50% restante no cubre sus necesidades nutricionales.
  4. AI. (Adecuate Intake): Ingesta adecuada. Valor basado en la observación, y experimentación de un determinado grupo de individuos sanos en relación a sus ingresos nutricionales. (2,3)

Alimentos y nutrientes (3) tablas I y II

Necesidades energéticas:

Los requerimientos energéticos en los adolescentes vienen determinados por el metabolismo basal, el consumo por el ejercicio, termogénesis postprandial y el crecimiento (2) figs 1 y 2.
El DRI introduce un nuevo sentido en el concepto de las necesidades nutricionales de los individuos; ya no se proponen unos requerimientos nutricionales con un sentido de cubrir las necesidades o evitar las carencias si no que se enfatiza en optimizar la salud y mejorar la calidad de vida (2)

El gasto calórico del adolescente es variable y está relacionado con la masa corporal, velocidad de crecimiento y actividad física. En general las recomendaciones de la OMS/FAO para adolescentes con una actividad física media es de 65/55 Kcal por Kg de peso  para chicos y chicas respectivamente entre 10-12 años; 56/47 entre 13 y 14 años y 46/43 para los de 15 a 18 años. (2).
La distribución calórica recomendada a lo largo del día se distribuye de la siguiente manera:
    1. Desayuno 20-25 % de las calorías totales.
    2. Comida: 30-35 %.
    3. Merienda:15-20 %
    4. Cena: 25 %.


Proteínas.
El crecimiento de la masa libre de grasa en la adolescencia particularmente en el estirón puberal hace necesario un aporte elevado  de proteínas para la síntesis de los tejidos y otras estructuras orgánicas.
El aminonitrógeno constituye el 16 %  del peso de las proteínas. El nitrógeno se pierde por la piel, cabello, sudor, heces y por productos metabolizados y eliminados por la orina como la urea, ácido úrico y creatinina. Existe una necesidad de un aporte continuo de proteínas y aminoácidos ya que serán degradados y sintetizados de nuevo sin que exista un verdadero depósito aún con ingresos superiores a las necesidades.
Es importante la calidad de aporte de modo que se cubran las necesidades de aminoácidos esenciales (aquellos que no podemos sintetizar) : valina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano e histidina y otros aminoácidos indispensables que son glicina, cistina, glutamina, tirosina, arginina, prolina y taurina. (4,5).
Estas necesidades se correlacionan mejor con el patrón de crecimiento que con la edad por eso se propone que esas necesidades se refieran a la talla o al peso.
Y serian de 0,29 a 0,32 gr/cm de altura en los varones y de 0,27 a 0,29 entre las mujeres.(2) En general el déficit proteico es raro en los países desarrollados mas bien ocurre todo lo contrario pero cuando existe un bajo ingreso por enfermedades (Enfermedad inflamatoria intestinal, trastornos de conducta alimentaria, otras enfermedades crónicas) o bien factores externos como pobreza o marginalidad el organismo utilizará esas proteínas con fines energéticos dejando de usarlas para formar y reparar  los tejidos.
Estas necesidades son variables dependiendo de factores individuales y ambientales tales como el estado de nutrición previo, la velocidad de crecimiento y otros como la calidad de la proteína de los alimentos y el aporte energético y de otros nutrientes.
En todo caso las necesidades de proteínas deben cubrir al menos un 15 % del porcentaje total de Kcal. (3) Las necesidades se especifican en la Tabla III (5)

Grasas: En el aporte de grasas es mas importante la proporción de los distintos ácidos grasos que la cantidad global. La mayor parte de las grasas naturales están formadas por triglicéridos y grasas neutras. Los triglicéridos son una fuente de energía fundamental además de contribuir a la mejor palatabilidad de los alimentos. Los fosfolípidos y glicolípidos, grasas mas complejas, intervienen de manera importante en funciones estructurales de la membrana celular y orgánulos intracelulares (A. de Golgi, mitocondrias) y vainas de mielina. Algunos Ac. Grasos insaturados son precursores de determinados  compuestos de gran importancia como  las prostaglandinas (4).
La fuente más importante de grasas en la alimentación son los productos cárnicos, la leche y derivados y los huevos. Los niveles de colesterol dependen fundamentalmente del consumo de grasas saturadas y del aporte del propio colesterol (5)

Las recomendaciones estiman que el aporte de grasas no debe sobrepasar el 35% del total de calorías diario, con un aporte de ácidos grasos monoinsaturados de un 15 a18 % máximo. Los valores de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga no están precisados en la adolescencia pero se admite que una cifra del 7 % sin sobrepasar el 10 % sería adecuada. El consumo de vegetales y pescado debe aportarlo en cantidad suficiente (5). La ingesta de colesterol debe ser inferior a los 300 mg/ día (6).


Hidratos de Carbono.
Los hidratos de carbono aportan entre un 50 y 55 % de las  calorías de la dieta  y proceden primordialmente de los almidones y azúcares que se encuentran en los cereales (trigo, centeno, maiz) o tubérculos (mandioca, patata) en un 40 % y en la fruta  y vegetales en un 25 %  siendo en estos en su mayoría mono y disacáridos (4)
No se recomienda un consumo de azucares simples mayor del 10 %. (6)   
No se ha fijado el porcentaje de fibra necesario en la dieta pero esta puede variar desde 6,8 a 34,5 gr día para niños y adolescentes varones y 6 a 28,5 mujeres de 3 a 18 años (6).
Otro modo de cálculo de la fibra de la dieta es sumar 5 a la edad en años (7). En la , tabla IV se muestra el porcentaje de fibra de algunos alimentos.

Agua.
La necesidades para un adolescente con actividad física ligera y climatología templada es de 50 ml/kg/día para adolescentes entre 10-12 años y de 40 ml/kg/día para adolescentes de 13 a 18 (8) o estimada por las calorías metabolizadas de 1 a 1,5 ml/Kcal (6)
Por supuesto estas necesidades varían  según el desarrollo físico, la climatología y la actividad física.

Vitaminas.
El cálculo de las necesidades de vitaminas en el adolescente derivan del análisis de la ingesta y otros criterios como el consumo energético recomendado, la ingesta proteica o extrapolando los datos de los adultos y niños (6).
Los requerimiento de vitaminas aumentan en la adolescencia principalmente B12, fólico, vitaminas A, C, D, E, tiamina, niacina y rivoflavina (1)

Folato.
Participa como coenzima en muchos procesos metabólicos entre ellos el metabolismo de los ácidos nucleicos y las proteínas.
Durante el estirón puberal se pueden detectar una mayor frecuencia de déficit de Folato
Las recomendaciones de folato varian desde recomendaciones españolas de entre 100 ugr/día para  10 a 12 años y 200 ugr/día para mayores de 13 añosa a 400 ugr/día de otras sociedades europeas y americanas. (2,9).

Vitamina D.
Esencial en el metabolismo mineral exige un aporte adecuado en un periodo de crecimiento rápido de la masa magra y ósea. Se recomiendan 5µ diarios (ingesta adecuada).

Minerales.

Alguno de los minerales de la dieta son de especial relevancia en este periodo de crecimiento rápido ya que son los que con mayor frecuencia pueden ser deficitarios debido a determinadas conductas alimentarias, y son el Hierro, el Calcio y el Cinc.

Hierro:  
Las necesidades de Hierro entre los 10 y 18 años son de 12-15 mg para los varones y de 18 mg para las mujeres. La aparición de la regla aumenta las necesidades en las adolescentes. La biodisponibilidad del hierro depende de la ingesta proteica,  

Calcio.
Existe una clara relación entre la ingesta de Calcio en la niñez y adolescencia y la mineralización ósea así como la relación con las fracturas en la adolescencia y la osteoporosis en la edad adulta. Los datos de las necesidades en la adolescencia han sido extrapolados de un estudio efectuado en mujeres de edades entre 11 a 14 años (2, 10)
Los requerimientos de Calcio aumentan en función de la masa magra y el crecimiento esquelético.
Según los datos de que se dispone la AI sería de 1300 mg para edades entre 9 y 18 años para chicos y chicas. No se disponen de datos suficientes para especificar más por edades (2).
Cinc.
Es fundamental para un adecuado crecimiento y maduración sexual por su intervención en el metabolismo de los ácidos nucleicos y también para el estado inmunológico.
Las recomendaciones son de unos 15 mg día sin distinción de sexo (2).

Los requerimientos nutricionales en la alimentación.

La pirámide alimentaria permite de una forma muy visual y sencilla tener una idea práctica de las necesidades diarias de los distintos alimentos. Fig 3
En la base estarían los cereales y los productos elaborados a partir de ellos así como los tubérculos (patata) todos ellos son la fuente principal de los hidratos de carbono.
En segundo nivel estarían las frutas y verduras que aportan vitaminas, minerales, agua y fibra.
En tercer lugar se incluirían los lácteos por un lado que aportan sobre todo Calcio y proteínas y aceites vegetales (de oliva) que aportan ácidos grasos
En el siguiente nivel el aporte de proteínas de alta calidad es debido a las carnes magras y pescados también se incluye aquí los huevos, legumbres y frutos secos. Su consumo sería el equivalente a dos raciones diarias.
En último nivel y con un consumo ocasional estarían las carnes grasas y embutidos, la mantequilla/margarina y los dulces, bollería etc que aportan preferentemente grasas saturadas.
El consumo de agua está entre 1500 y 2000 ml día o 1 a 1,5 ml/Kcal metabolizada (6).
Las porciones sirven para cuantificar los alimentos como una unidad de peso o volumen. Para considerar que la dieta es equilibrada  debe constar de un número mínimo de raciones de cada una de los 5 grupos de alimentos. (Tabla V).
Los japoneses establecieron otra forma posible de establecer una dieta equilibrada clasificando los alimentos según los nutrientes básicos que aportan:
  1. Proteínas: Pescado, soja, carne y huevos.
  2. Calcio: Leche y derivados.
  3. Carotenos: Vegetales amarillos y hojas verdes.
  4. Vitamina C: Vegetales y frutas.
  5. Hidratos de carbono: Arroz, cereales, patatas.
  6. Calorías: Grasas, aceites.
De este modo recomiendan comer pequeñas cantidades de un número grande de alimentos diferentes (hasta 30) para obtener el mayor número de nutrientes esenciales para mantener una nutrición saludable (5,11).  

  
No se aconseja el consumo de grasa visible de las carnes y el exceso de embutidos y se recomiendas aumentar el consumo de pescados ricos en grasa poliinsaturada. Se recomienda el consumo de aceite de oliva frente a otros aceites vegetales, mantequilla y margarina y debe limitarse el consumo de productos de bollería industrial que contienen grasas saturadas. Una media de 3 huevos a la semana permite no sobrepasar las recomendaciones de colesterol (6). Tabla VI

Factores de riesgo nutricionales en la adolescencia.

  1. Crecimiento rápido y aumento de las necesidades nutricionales.
  2. Aumento de la actividad física.
  3. Malos hábitos nutricionales.
    1. Saltarse comidas
    2. Consumo de bebidas con alto valor calórico pero bajo valor nutricional.
    3. Disminución del consumo de leche.
    4. Influencia del grupo sobre hábitos de conductas restrictivas o de consumo excesivo.
    5. Preparación de la comida y hábitos inadecuados en el ámbito familiar.
    6. Comida rápida, alimentos ricos  en grasa saturada, alimentos con exceso de sodio.
    7. Consumo de anabolizantes.
    8. Consumo de tabaco, alcohol y/o drogas (1, 12)

Nutrición en situaciones especiales.

Embarazo.
La adolescente embarazada tiene unas necesidades energéticas superiores a la mujer adulta y la dieta no debe ser inferior a 2000 Kcal/día. y en muchos casos sus necesidades pueden ser muy superiores. El aumento de peso durante el embarazo es una buena guía del estado nutricional de la embarazada, se recomienda un aumento de peso de entre 0,23 y 0,4 Kg/semana. Cifras inferiores se relacionan con recién nacidos de bajo peso.
Respecto a las proteínas se recomienda un aumento de unos 10 gr sobre las necesidades de la adolescente no embarazada de entre 15 y 18 años.
Recomendable el suplemento con folatos y además de Calcio, vit. B6 y vit. C.
La recomendación de aporte de hierro en la adolescente embarazada es de 30 mg/día. (5,11).

Deporte.
A medida que aumenta la actividad física la participación de los hidratos de carbono es mayor; si esta es ligera la energía es proporcionada por los ácidos grasos libres de la sangre en un 60 % de la energía. Si la actividad es moderada los hidratos de carbono y las grasas contribuye en un 50 % y si esta actividad es intensa los hidratos de carbono son la principal fuente energética dependiente de los depósitos de glucógeno hepático y muscular y la glucosa. Esto es importante para la adecuación del tipo de deporte a cada adolescente, en la actividad anaeróbica la única fuente de energía a utilizar es la glucosa, si la actividad es mas duradera las fuentes de energía de la dieta deben ser oxidadas.
A través de la dieta se puede aumentar el depósito de Glucógeno hepático y muscular con una proporción adecuada de hidratos de carbono en su mayor parte complejos  y  baja en azúcares, que pueden estar entre 55-59 % de la Kcal. diarias Se disminuye el aporte de grasa a un 30 % o menos. Las proteínas no deben sobrepasar 2 gr/kg/día o un 15 % de las calorías totales de la dieta. (5).
Un adolescente que efectúe un ejercicio vigoroso durante 2 horas al día necesita entre 800 a 1700 Kcal extras sobre las recomendaciones para edad, talla y peso. (1)
El gasto calórico aproximado por la realización de algunos deportes se puede ver en la tabla VII
En líneas generales con una alimentación normal no es necesario la suplementación con minerales y vitaminas en adolescentes que efectúen ejercicio moderado (5,13); sin embargo es necesario un mayor control alimentario y suplementación en atletas de competición o práctica deportiva de gran intensidad. Se vigilará el aporte de hierro y cinc (5).

Dietas vegetarianas.
Las dietas vegetarianas no estrictas (lacto-ovo-vegetarianos, semi-vegetarianos (consumen tambien leche, y pescados y carne de pollo pero no carnes rojas) no suelen presentar problemas nutricionales sin embargo en los veganos (vegetarianos puros) pueden existir déficits de macro y micronutrientes: proteínas, grasas, vit B12, hierro, cinc, calcio y vit D (1)





Bibliografía.

  1.  Michael R. Kohn. “Nutrition” (en el adolescente). En Lawrence S. Neinstein ed. Adolescente Health Care. Lippincott Willians&Wilkins Philadelfia 2008; 114-123.
  2. J. Casas, M. Gonzalez Gross y A. Marcos. “Nutrrición del adolescente” en R. Tojo ed, “Tratado de nutrición pediátrica” Doyma Ed. Barcelona 2002; 437-453. National Research Council. Recommended Dietary allovances.10º Ed. National Academy Press, Washington DC 1989: 24-38.
  3. M National Research Council. Recommended Dietary allovances.10º Ed. National Academy Press, Washington DC 1989: 24-38.4. M. Hernandez “Requerimientos nutricionales en la infancia y adolescencia” Pediatr. Integral 1995; 1(3): 141-149.
  4. A.Ballabriga, A. Carrascosa, “Nutrición en la infancia y adolescencia”.Ergón Ed. Madrid 2002; 325-357
  5. Diana Madruga Acerete, Consuelo Pedrón Giner. “Alimentación del adolescente”.Protocolos diagnósticos y terapéuticos en Pediatría de la AEP.303-310.
  6. Willians CL,Bollella M, Wynder EL. “A new recommendation for dietary fiber in chilcood. Pedaitrics 1995; 96: 985-988.Referenfwerte für die Nährstorffzufuhr Deustche Geselschaft fÜr Emährung (DGE). Frankfurt am Main: Umchau/Braus,2000.
  7. Food and Nutrition Board. Dietary Reference Intakes for thiamine, riviflavin, niacin, vitamina B6, folate, vitamine B12, pantothenic acid, biotina y choline. Washington: National Academy Press, 1998.
  8. 8. Institute of Medecine. Food and Nutrition Board. Dietary Reference Intak for calcium, phosphorus, magnesium, vitamine D and fluoride. Washington: National Academy Press, 1997.
  9. Dietary Guidelines for Health Promotion. Tokyo, Japan Dietetic Assotiatión 1988
  10. M.I. Hidalgo.: Alimentacion y necesidades nutricionales durante la adolescencia.      En “Medicina de la Adolescencia: Atención Integral”. Eds.G. Castellano Barca, M.I. Hidalgo Vicario, A.M. Redondo Romero. Ed. Ergón Madrid 2004.   
  1. Nutritión Committee, Canadian Paediatric Society. Adolescent Nutrition: Sports and Diet. Can Med Assoc J 1983; 129:552