jueves, 24 de septiembre de 2015

Recordando a los Pediatras y la Pediatría en España.

En España los niños son atendidos por pediatras hasta los 15 años. Esto que todo el mundo aquí considera normal no lo es en otros países de Europa. Los españoles deberían estar orgullosos de su sistema de salud público que ofrece a nuestros niños/as los mejores especialistas para su cuidado y tratamiento. The Lancet una revista médica de Impacto mundial defiende el papel de los pediatras en Atención Primaria. Nosotros lo llevamos haciendo desde hace mas de 40 años. QUE NADIE NOS LO QUITE.

La Academia Europea de Pediatría defiende en The Lancet el papel de los pediatras en Atención Primaria
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La European Academy of Pediatrics ha publicado una carta en la revista médica The Lancet en la que defiende la atención de los niños en Europa por pediatras en todos los niveles asistenciales, incluyendo la Atención Primaria. Se incluye a continuación una traducción del artículo original, disponible en la web de The Lancet (Volume 385, N.º 9977).
Mejorando la atencion a los niños en la comunidad
Los resultados obtenidos del tratamiento de las enfermedades de los niños son muy variables comparando los distintos países europeos, y esa diferencia debería preocuparnos. Probablemente la distinta organización de los servicios de atención primaria pediátrica y los programas de formación de los médicos de AP sean factores importantes que influyan en estas diferencias.
La Academia Europea de Pediatría defiende que los niños tienen un derecho incuestionable a la salud, a la seguridad y al bienestar. Los niños tienen derecho a acceder a los mejores servicios sanitarios posibles, tanto en atención primaria como en atención especializada. Cualquier restricción de acceso a los cuidados médicos adecuados contradice el artículo 24 de la Convención de las Naciones Unidas de los Derechos del Niño.
La Pediatría de Atención Primaria es una disciplina académica y científica que abarca todos los problemas que afectan a la salud y el bienestar de los niños y adolescentes desde su nacimiento hasta la edad adulta (habitualmente definida como los 18 años de edad) en su contexto familiar, comunitario y cultural. El médico de AP, idealmente un pediatra, es el primer contacto del niño con el sistema sanitario, y por tanto responsable de la provisión de cuidados integral y continuada a lo largo de la infancia y la adolescencia.
La atención pediátrica tanto primaria como especializada requiere conocimientos y habilidades específicas, empatía, ética, y accesibilidad a los servicios, incluidas prevención y promoción de la salud. La formación pediátrica debería incorporar obligatoriamente estos aspectos, especialmente la de los pediatras y médicos de familia que prestan servicios en la comunidad.
La Academia Europea de Pediatría defiende firmemente la implantación de un programa formativo estructurado y evaluable para todos los médicos proveedores de cuidados a los niños en Atención Primaria, y recomienda, que cuando sea posible, que sean los pediatras los profesionales médicos que atiendan a los niños en AP.

En los lugares donde los médicos de familia son los proveedores, recomendamos una colaboración estrecha con los pediatras y una formación continuada adecuada tanto en pediatría como en atención primaria. Todos los niños deben disponer de un acceso rápido al asesoramiento de un pediatra, que debería estar disponible en la comunidad y servir de enlace con la atención hospitalaria especializada.
Aunque esta carta ya fué escrita hace unos meses no está mal el recordarlo.


miércoles, 16 de septiembre de 2015

Hablemos de Resiliencia: Una condición que nos protege de la adversidad.

RESILIENCIA





José Luis Iglesias Diz.
¿Qué es la Resiliencia?

Desde hace algún tiempo las ciencias sociales han tomado este término que procede de la física y que define “la capacidad de un material para recuperar su forma original después de ser sometido a una presión deformadora” y se aplica para caracterizar a aquellas personas que nacidas o que viven en condiciones especialmente duras o de riesgo son capaces de desarrollarse psicológicamente sanos y socialmente exitosos.
Todos conocemos a alguna persona de estas características, gente que consigue salir adelante a pesar de las condiciones más duras y que no muestra rencor ni sentimientos negativos hacia los demás ni ante las dificultades.
Algunos autores definen la resiliencia con distintos matices: “Habilidad para resurgir de la adversidad, adaptarse y acceder a una vida significativa y productiva” (Institute on Child Resiliance and Family .1994). “Enfrentamiento efectivo a circunstancias y eventos de la vida gravemente estresantes y acumulativos (Lösel, Blieneger y Koferl. 1989) o “capacidad del ser humano para enfrentarse a las adversidades de la vida, superarlas e incluso ser trasformado por ellas” (Grotberg 1995).la adversidad,
¿Qué tienen esas personas que los hacen ser tan optimistas, tan valientes y tan intensas?
Definamos primero los factores que influyen en la respuesta del ser humano ante la adversidad:
1.       Factor de Riesgo: Es la característica o cualidad de una persona o comunidad que se sabe va unida a una elevada probabilidad de dañar la salud. (p.ej. La obesidad es un factor de riesgo de patología cardiovascular)
2.       Factores protectores: Son las condiciones o los entornos capaces de favorecer el desarrollo del individuo o grupo y, en muchos casos, de reducir los efectos de circunstancias desfavorables.(Una familia estable, con normas y comunicación, con capacidad de resolver conflictos es un factor protector contra el consumo de drogas en adolescentes)
Individuos Resilientes, por tanto, son aquellas personas que al estar insertos en una situación de adversidad (factores de riesgo) tienen la capacidad de utilizar los factores protectores para sobreponerse a ella, crecer y desarrollarse adecuadamente, llegando a madurar como adultos competentes pese a los pronósticos desfavorables.
Para que esto suceda necesitamos saber cuáles son esos factores protectores, por una parte los atributos de las personas y por otra las condiciones del entorno que constituyen una asociación positiva para ser un individuo resiliente.
1.       Atributos de la persona:
Los individuos resilientes suelen tener muchas de las siguientes características.
a.       Competencia Social. Estas personas son sociables, saben establecer contactos y suelen ser bien aceptados.
b.      Capacidad para resolver problemas: Tienen buen enfoque de los problemas y habilidad para buscar el camino correcto para solucionarlos. Son decididos y decisión consiste en ejecutar en la práctica el proyecto que uno imagina.
c.       Control de las emociones y los impulsos: Una característica muy importante que denota madurez y contención, contener la impulsividad evita los conflictos con los demás y en ocasiones el daño propio.
d.      Autonomía: Son capaces de asumir sus propias responsabilidades y se encuentran a gusto no siendo dependientes.
e.      Sentido del humor: El humor puede suavizar la dureza de la propia vida, es saludable reírse de uno mismo, el humor favorece la empatía y la solidaridad con los compañeros.
f.        Alta Autoestima: Sentirse a gusto con uno mismo, aceptarse permite abordar decisiones difíciles y reponerse en los fracasos.
g.       Empatía: Buena capacidad para ponerse en el lugar del otro, suelen ser personas dispuestas a ayudar a los demás pero conocen sus límites en ese compromiso.
h.      Capacidad de comprensión y análisis
i.         Competencia cognitiva
j.        Capacidad de atención y concentración.

2.       Condiciones del entorno.
Hay aspectos en el entorno que la persona puede encontrar para sobreponerse a sus dificultades.
a.       Recibir afecto. El afecto es una de las condiciones que nos marcan para el futuro, la vinculación afectiva en los primeros años de nuestra vida es fundamental para un buen desarrollo del niño y adolescente probablemente más importante que el desarro9llo cognitivo.(ver El desarrollo del Niño en este mismo blog)
b.      Aceptación incondicional de un adulto significativo. Es frecuente que las personas resilientes “adopten” a un adulto con el que se vinculan y que se convierte en su modelo humano. Puede ser un familiar (un tío joven) o un profesor o un amigo mayor. Alguien que representa una figura de autoridad y de la que aprender (esto sucede a menudo en adolescentes resilientes de familias con graves conflictos, separación traumática, alcoholismo etc).
c.       Redes informales de apoyo: La existencia de una sociedad preocupada por los problemas sociales significa para estas personas una oportunidad para recibir ayuda y poder realizar su proyecto humano.
Cuando se dan las mejores condiciones individuales y del entorno el desarrollo de una persona tiene muchas garantías de sobrellevar las dificultades y llegar a una realización personal satisfactoria.
Grotberg expresó el concepto de la Resiliencia en los siguientes tres términos: “I am, I Have, I Can” que en castellano se han traducido por los 4 siguientes: “Yo soy, yo estoy, yo tengo, yo puedo”
YO SOY
·         Una persona por la que los demás sienten aprecio y cariño
·         Feliz cuando hago algo bueno para los demás y les muestro mi afecto.
·         Respetuoso conmigo mismo y con el prójimo.
·         Capaz de aprender de lo que mis maestros me enseñan.
·         Agradable y comunicativo con mis vecinos.
YO ESTOY
·         Dispuesto a responsabilizarme de mis actos
·         Seguro de que todo saldrá bien.
·         A veces triste, lo reconozco y expreso seguro de encontrar apoyo.
·         Rodeado de compañeros/as que me aprecian.
YO TENGO
·         Personas en quienes confío y me quieren incondicionalmente.
·         Personas que me ponen límites para que aprenda a evitar peligros.
·         Personas que me enseñan a través de su conducta correcta.
·         Personas que me ayudan cuando estoy en peligro, enfermo o necesito aprender.
·         Personas que quieren que aprenda a desenvolverme solo.
YO PUEDO:
·         Hablar sobre cosas que me asustan o inquietan
·         Buscar la manera de resolver mis problemas.
·         Controlarme cuando tengo ganas de hacer algo peligroso o que no está bien.
·         Buscar el momento propicio para hablar con alguien o actuar.
·         Encontrar a alguien que me ayude cuando lo necesite.
·         Equivocarme, hacer travesuras sin perder el afecto de mis padres.
·         Sentir afecto y expresarlo.
A pesar de que muchas personas no poseen la mayoría de las capacidades de “resiliencia” pueden beneficiarse de un entorno favorable, sin embargo a menudo el adolescente se encierra con sus problemas y no es capaz de comunicarlos o pedir ayuda cuando él/ella se siente agobiado y sin saber que hacer porque no se atreve “a pedir ayuda y buscar y encontrar a alguien que lo haga cuando lo necesita”. Un entorno favorable “no se percata” de los problemas de los individuos, es necesario que el que sufre o está confundido o indeciso recurra a “alguien” para aclarar dudas. Algo que a un adolescente puede causarle profunda amargura o inquietud, un profesor, un médico o los propios padres pueden aclararlo evitando angustias innecesarias. Los adolescentes valoran mucho la amistad y el entorno de amigos puede ser también de ayuda ante algunos problemas pero quizás solo en aquellos que se comparten por razón de edad y gustos aunque no siempre tienen formación para afrontar determinados problemas que exigen la participación de personas con experiencia e incluso a veces ayuda profesional.
Es muy importante también el apartado: “Yo puedo sentir afecto y expresarlo” Como en el comentario anterior el afecto se siente o no se siente pero cuando se siente y a pesar de que podemos entender el lenguaje no verbal (no siempre estamos pendientes o suficientemente atentos) debemos verbalizarlo y de nuevo insistimos sobre el mutismo en este aspecto de los adolescentes: les cuesta decir lo que sienten y lo que no se dice no existe para su destinatario.
Tanto los padres como los maestros o profesionales de la salud deben ser conscientes de que los adolescentes tienen capacidades y sentimientos como un adulto y en muchos aspectos los aventajan pero es una etapa de desarrollo más en la que van adquiriendo la experiencia que les trasmite seguridad y mejora sus capacidades, se hacen competentes y competitivos y llegan a una adultez sólidamente construida; pero por el camino hay dudas y tropiezos y algunos sinsabores, tienen que tomar decisiones, tienen que aprender a discrepar y a defenderse pero deben saber que tienen a su alrededor mucha gente que los quiere y está dispuesta a ayudarlos.

Recapacitemos sobre las preguntas que se hace Grotberg “I am, I have, I can” y pensemos  si nuestros jóvenes, hijos, alumnos, adolescentes pueden responder positivamente a la mayoría de ellas o por el contrario necesitan de nuestra ayuda para convertirse en individuos “resilientes”.