Soledad Lorenzo una galerista universal dice: …No nos educan
en la mirada, ni en el colegio, ni en la universidad ni en la sociedad, nadie.
Debes ser tú mismo quien decida instruirse también en ello.
Quizás los artistas y los críticos de Arte tengan también
algo que ver con el desapego de la gente; cuando uno se compra un catálogo de
una exposición reconoce que leer los comentarios de los expertos exige una preparación teórica imposible para
la inmensa mayoría y aun para los habituados pueden ser a veces inextricables.
Luego una buena parte de los artistas son autistas y no son capaces de hablar
de su obra, el comentario más común es que la obra habla por sí mismo, Y estoy
de acuerdo a veces huelgan explicaciones la propia obra grita ¡esto es una
mierda! No digo que el artista esté en la mejor posición para desmenuzar su
obra, como en la relación médico-enfermo el médico hace un diagnóstico a través
de la exploración del paciente y de la anamnesis esto es lo que el paciente le
cuenta, es decir interactúan, el médico lo tiene más difícil si el paciente
como el artista se vuelve autista. Y la gente desea entender o aprender a
apreciar pero se le pone muy difícil, muchas veces el arte parece vivir en una
burbuja inaccesible a la mayoría. El eclecticismo actual no favorece la
atención de los ciudadanos que ven demasiada confusión en tanta diversificación
extraña a su concepto anticuado del arte
Pero el arte sigue su camino, como no puede ser de otra manera, buscando nuevas formas expresivas y esa
distancia en si misma es la que define el mismo concepto de Arte. Lo aceptado
es pasado.
Hoy día vivir del Arte se antoja una locura, pero lo que no
cabe duda es que hay artistas y arte y esto lo está perdiendo una sociedad
ensimismada, una sociedad de la novedad, una sociedad donde el presente es más
infinitesimal que nunca, todo se devalúa al instante, la tecnología irrumpe en
nuestras vidas y después de la siesta todo se ha vuelto obsoleto, no se puede
dormir o descansar, hay que mantenerse en acción continua para recibir muchos
“me gusta”.
“The runnig society” La sociedad que corre podría llamarse,
una sociedad que privilegia la información, cascadas de letras, erupciones de imágenes,
terremotos de películas, todo al instante; todo se puede filmar, escuchar, ver,
comentar y enviar. Todo tiene cabida, lo grotesco, lo gracioso, la desgracia,
la anécdota, la pelea, el “grooming”, la guerra, las noticias, el futbol, los
chismes…y se intercomunica : He aquí Internet, el Gran Hermano del siglo XXI.
Byung- Chul Han un filósofo alemán de origen coreano habla
de la Sociedad de la transparencia, en donde la búsqueda de esa claridad
(positividad) pretende eludir lo que todas las cosas y seres humanos guardan a
la mirada superficial (negatividad). Explica que todo lo que tiene verdadero
interés tiene zonas oscuras, no fácilmente legibles, que implican una
curiosidad y un esfuerzo para llegar a aclararlas pero que son al mismo tiempo
el aliciente para buscar, descubrir y crear, cualidades que el ser humano
necesita utilizar para entender lo que le rodea. Nadie quiere que le desvelen
el final de la película de suspense, se dispone así de esa tensión que nos
involucra en la historia, que nos hace mantener la atención y razonar sobre el
posible desenlace. Si la velocidad preside nuestra vida lo que hará el
espectador es leer la sinopsis y ver el final y a otra cosa. Esto en contra de
lo que se pueda creer, tener todo y ya, no crea placer, al contrario genera,
como si de una droga se tratase, ansiedad; cuando la transparencia es total,
todo está a la vista nada nos preguntamos y tenemos que seguir “CONSUMIENDO”
(ya hay patologías relacionadas con esta forma compulsiva de consumo
telemático, enganchados a las redes sociales…) Para obtener placer de algo
debemos seguir un proceso que genere un deseo que da fuerza y tensión a la
acción es el eros del amor galante contra la sexualidad transparente de la
pornografía.
Esta carrera hacia ninguna parte es además discutible como
fuente de “formación” porque para formarse es necesario saber distinguir, tener
capacidad crítica y eso no se consigue fácilmente si no se tiene una buena
formación. Y hoy que disponemos de profesores y medios superlativos para crear
una sociedad culta estamos convirtiendo a la gente en vanidosos consumidores de
palabrería, ya nadie lee un libro se necesita mucho tiempo y además son
tediosos y caros dicen, oyentes de música fragmentaria con pésimo sonido y
monotonía paralizante (me refiero a música que tiene millones de subidas a you
tube p.ej. Un video de Lady Gaga tiene más de ¡500 millones! de visitas). No
hay tiempo para oír un Disco completo, aburre, cansa. La Tele presenta un
sinfín de programas “aborto” de horas y horas de gritos y sandeces porque la
gente lo demanda (dicen hipócritamente los periodistas), pero lo cierto es que
la gente los ve, como otros ven el futbol sempiterno con 50 canales siguiendo el
balón (la gente quiera futbol démosle fútbol, quiere colesterol démosle
huevos).
Nadie piensa si le gusta la sociedad Fórmula I, no da
tiempo. ¿Qué pasó con la reflexión? regresamos cada vez más aprisa al
primitivismo, nuestra incapacidad para resolver problemas aumentará en la
medida que no nos paramos a reflexionar sobre ellos, los conflictos se
resolverán o no a gritos, a la fuerza, con una gran carga de impotencia y
rabia. Porque nadie tiene tiempo para pensar, hay que seguir adelante para ver
si tenemos algún me gusta más. Pobre Descartes con su pienso luego existo.
¡Ay la Filosofía! ¿Eso qué es? dice uno.
Conociendo bien el lenguaje podemos entender conceptos
abstractos, algo más sobre nuestra vida y sobre lo que el hombre se plantea en
su paso de hormiga por el Universo, un soplo que malgastamos en la búsqueda de
una felicidad que creemos encontrar en la comodidad y en los placeres fáciles
que la tecnología nos ofrece. Es la tecnología la que nos dio confort y tiempo
libre para disfrutar y optamos por el dictado del consumo como panacea para
curar nuestra insatisfacción. Hemos optado por el dinero como valor total y
para ello debemos trabajar sin descanso y con sueldos miserables y empeñarnos
para tener lo que ¿necesitamos? Porque la Sociedad de Consumo es también
presurosa, compre ahora mañana será tarde…
La filosofía, el amor hacia el conocimiento es algo que ha
hecho del hombre un ser extraordinario, su cerebro contiene las claves del
lenguaje más complejo de todos los seres vivos y la capacidad de ese lenguaje
para plantear nuestras inquietudes, nuestros sueños o nuestras preguntas hace
infinitas las posibilidades de crear conocimiento, de generar teorías y
desarrollar tecnologías. Prestar poca atención al enriquecimiento del lenguaje
es abandonar el instrumento principal para el progreso verdadero, que no solo
consiste en tecnología como suele confundirse, porque esta no es más que una
aplicación del propio lenguaje que crea a su vez otros nuevos necesarios para
la ciencia o la filosofía e investigar,
experimentar e inventar en todos los aspectos que conciernen al ser humano y a
su mundo.
Decía Vallejo Nájera que el aprendizaje no es un penoso
deber sino un gozoso privilegio, pero el aprendizaje es difícil, hay que tener
tesón, leer, estudiar, recordar y volver atrás, no es como encender la “tele” y
ver una buena película ( que es otro gozoso privilegio), ni como chatear o
entrar en Twiter o hacer un trabajo buscando en el Rincón del Vago, no es
cortar y pegar… es más lento y aunque parece arduo si se insiste el proceso se
vuelve cada día más sencillo y uno disfruta entusiasmado cuando ve que entiende
un poco mejor a los demás y se abre constantemente a nuevas incógnitas que
estimulan su curiosidad.
Preguntarse porque las cosas son como son, cuestionar lo
establecido es la fuente del progreso. Pero yo hablo del progreso del hombre no
del desarrollo tecnológico que es solo el cascarón jactancioso de nuestra
prepotencia.
Bibliografía.
Byung-Chu Han. “La Sociedad de la
Transparencia”. Ed. Herder SL. Barcelona 2013.
Alberto Manguel. “Una Historia de la
Lectura” Ed. Alianza Editorial. 1998
José Antonio Millán, Creador del Centro
virtual Cervantes. Miembro del Consejo de la Sociedad para la Historia del
Libro y la lectura. 2014
Marcos Diaz. “La cultura como motor del
Desarrollo” Artículo en El País. Enero 2005. “Programa Internacional Para la Evaluación
de la Competencia de los Adultos. (OCDE).
Vallejo Nájera. “Locos Egregios”. Prólogo.
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