De nuevo surge en los medios el tema de las modelos
esqueléticas. Los periodistas se hacen preguntas acerca de que si la moda tiene
algo que ver en el auge de los problemas alimentarios como la Anorexia
Nerviosa. Los periodistas suelen hacer preguntas a unos y otros, a modistos, a revistas de
moda, a clientes, a sociólogos, psicólogos, endocrinólogos y no parece haber
una respuesta contundente. Yo se la voy a dar.
Los artífices de la moda de modelos esquelético son
culpables inequívocamente de parte del problema.
La Anorexia Nerviosa es una enfermedad paradigmática de la
civilización occidental una civilización que ha conseguido niveles altísimos de
bienestar y progreso pero que en su lado oscuro se ha vuelto consumista,
superficial e irresponsable valorando mas que cualquier otra cosa la apariencia
externa imponiendo como canon de belleza, poder y éxito la delgadez. “Meden
agan” en el medio está la virtud decía el frontón del templo de Apolo en Delfos. Sabemos hoy que la salud está relacionada
con un estado nutritivo adecuado y que los factores genéticos influyen en las
características corporales de los individuos, hay personas delgadas, atléticas,
con tendencia al sobrepeso etc. y también sabemos que un Índice de masa
corporal (IMC) entre 18,5 y 25 señala el margen habitual de la normalidad.
También se ha reconocido que en adultos de mediana edad un IMC de 24-25 es más
saludable que uno de 18 o 19. Por lo tanto habrá modelos “naturalmente”
delgadas pero otras tendrán que hacer dietas de “hambre” para estar en los
límites que los señores de la moda consideran “elegante”. Es muy probable que
algunos modistos/as en realidad no sepan
cortar un vestido para una mujer con un cuerpo normal (las curvas complican un
poco su manufactura) y prefieran “perchas” que es lo que parecen algunas
modelos con IMC de 16.
La incidencia de la Anorexia en el tercer mundo es de menos
de un caso por 100.000 habitantes, en esta década en un estudio en Holanda la
incidencia era de 109 x 100.000 y en USA de 136 x100.000. En otro estudio
excelente realizado en Finlandia sobre un gran número de población joven determinó
que la incidencia era de 260 por 100.000 habitantes y año. Esto son datos, no
reflexiones.
También es un dato demoledor el siguiente: Las modelos de pasarela
suelen usar tallas como la 34 y se considera una talla especial la 44 (¡por
favor ni me la enseñe!) y la talla media de las mujeres americana es, sorpresa,
¡la 46!
¿Porqué sucede esto en los países desarrollados y no en los
otros? Ya sabeis la explicación.
La adolescencia es una etapa de cambios físicos y
psicológico sociales, es un periodo de tiempo en que existe mayor
vulnerabilidad a las influencias externas, del grupo de iguales, de los medios de
comunicación y por la mayor inseguridad hacia el propio aspecto físico que
experimenta cambios muy radicales en poco tiempo.
Algunas adolescentes con características de vulnerabilidad
especial en un ambiente que les bombardea con imágenes “ideales” de delgadez
extrema, que ve como no puede ponerse un pantalón de una talla “ideal” y oye
continuamente que hay que estar delgada interioriza la delgadez como una
finalidad vital, decide iniciar una dieta, pierde peso efectivamente y poco a
poco entra en un pozo del que no sabe salir. Por otra parte es escandaloso el
nº tan elevado de gimnastas, modelos, bailarinas y otras/os deportistas de
élite con trastornos alimentarios graves. Los medios lo publican con asiduidad.
Parece cuando menos osado decir que la moda no tiene nada que ver, desde luego
es una parte importante del problema.
Algunos habréis oído a algún petimetre de cuello alto
almidonado abogando por las modelos “super-delgadas”. Individuos públicos que
muestran con desparpajo su ignorancia y hacen daño a la verdad sobre un asunto
tan importante.
Durante 20 años he tratado en régimen de hospitalización y
ambulatoriamente a más de 150 pacientes con Anorexia Nerviosa y sé la carga de
sufrimiento que acompaña a esos pacientes y a su familia durante años para que
no me indigne con la superficialidad con que el mundo de la moda se toma sus
responsabilidades.
Hay otros que también son responsables pero ellos tienen la
suya y no menor.
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